sábado, 14 de abril de 2007

Aportaciones de un jubilado a la vida social


Todas las personas pasamos por una vida laboral activa, cada uno en nuestras distintas profesiones. Hemos estado muchos años absorbidos por nuestro trabajo sin a penas tiempo para dedicarlo a nuestros familiares, amigos o al prójimo en general, y así años tras años y casi sin descanso, llegamos a la edad de la jubilación.
A lo largo de nuestra existencia nos damos cuenta de que lo decisivo en la vida humana es aceptar el propio ser, con sus condiciones y en todo su alcance. Hay que aceptar la propia vida como un don que se nos otorga en el origen y como un obsequio que debemos hacer gustosamente, al final, a Quien nos la dio. http://jubilacionalegriadevivir.blogspot.com


Leer más...


Este recibir agradecidamente la vida en cada fase de la misma, nos lleva a conceder a cada momento de la existencia su debido valor. El valor de la existencia humana radica pues, en su capacidad de crear vínculos, establecer relaciones de amistad, ámbitos de convivencia, etc. De esta forma crece el hombre biológicamente y se desarrolla personalmente. Tal desarrollo debe realizarse en todas las etapas de la vida, no solo en la niñez y juventud, sino también en la madurez e incluso en la vejez y la senilidad.
Sabemos por la biología actual que el hombre es “un ser de encuentro”, ser que se despliega abriéndose a otros seres y creando con ellos campos de juego, relaciones de encuentro. Esta apertura implica riesgo, pero aporta una forma nueva de realización, que es más creativa, más madura y más rica, y supone un modo renovado de estabilidad. En el seno materno el niño se halla unido a la madre con un tipo de vinculación casi fusional, no tiene iniciativa, capacidad de crear vínculos. Con el alumbramiento, este vínculo nutricio se rompe, y el niño cobra cierta independencia.
El adolescente y mas tarde el joven se esforzaran por crear formas de unión extra- familiares, al margen y a veces contra el ámbito familiar, llevados por el afán de afirmar su independencia. La vida les enseñará que el éxito acompaña a quien sabe abrirse a nuevos ámbitos de vida y ensamblarlos con los ya creados. Solo así, su personalidad va adquiriendo el relieve que le compete.
También en la madurez y en la vejez deben darse esos dos aspectos: Apertura de nuevos ámbitos y logro de una forma nueva y superior de estabilidad.
Podría pensarse que la vejez-la jubilación- se convierte en puro deterioro físico, no amigos, la madurez y con ella la jubilación, supone un modo nuevo de apertura: la apertura a lo eterno, al Creador. Ello supone un tipo distinto de riesgo, el mayor de todos, pero, cuando se asume con la debida preparación, aboca a una forma inédita de plenitud y de seguridad o amparo.
En el jubileo se nos han cruzado el júbilo, de origen latino y la jubilación de origen hebreo.
Parece incuestionable que tanto el jubileo como la jubilación traen su origen en la ley de Moisés, que estableció que después de 49 años (siete veces siete) en que se podían perder las tierras, la casa, la mujer, los hijos y hasta la propia libertad, después de los 49 años de servidumbre y de abandono en manos de la voracidad de explotadores y acreedores, tenía que venir un año jubilar, el quincuagésimo, en el cual se debían de abstener de trabajar. En este año tenían que reintegrarse al propietario o si este no estaba a su familia, las propiedades inmuebles que le hubiesen sido enajenadas. De este modo ni la más extrema pobreza, podía alterar definitivamente la equitativa distribución inicial de la tierra.
Asimismo, recobraban la libertad los israelitas que hubiesen caído en la esclavitud ( para pagar las deudas con su trabajo), con lo que se garantizaba que ninguna circunstancia, por adversa que fuese, dejaría para siempre a una familia ni a ninguno de sus miembros sin su propia libertad y sin los medios de subsistencia.
Este acontecimiento tan trascendente en la vida del pueblo de Israel y de cada uno de sus miembros, se anunciaba por medio del yobel, un instrumento musical, de viento probablemente, como la trompeta con que se anunciaba la pascua y de ahí el nombre de jubileo.
Al pasar a las culturas de lengua latina era inevitable que se cruzase y se fundiese con el grupo léxico de júbilum=júbilo, forma originaria que dio lugar a jubilatio, nombre de los gritos de alegría de los campesinos.
Es difícil resistirse a la tentación de relacionar el jubileo con el júbilo, porque era efectivamente un gran jubilo para los israelitas la llegada del año jubilar . Incluso la palabra JUBILACION, que parece transcrita de la latina jubilatio, jubilationis, que significa alegría, pues es realmente una liberación de una larga “esclavización” por el trabajo durante un periodo de 50 años en números redondos. (Curiosamente, de los 16 años que es la actual edad laboral, a los 65, que es la jubilación, van exactamente 49 años, que era el tope de los años de servidumbre para los judíos).
Está claro, pues, que JUBILACION es sinónimo de ALEGRIA y que así hemos de recibirla. Al principio y por inercia o costumbre echamos de menos nuestro trabajo, nuestro horario fijo y rígido, nuestro batallar diario, pero poco a poco nos acostumbramos a la nueva situación, contando siempre con la ayuda de familiares y amigos.
Pasan los años y llega ¡Por fin! La JUBILACION. Todas las vivencias y recuerdos son aparcados en nuestra memoria,- en nuestro disco duro en términos informáticos-, y nos enfrentamos a esta nueva etapa de nuestra vida con todo el ardor y la ilusión de nuestros mejores tiempos. Repito tras un largo periplo profesional, lleno de problemas y satisfacciones, llega el momento de la jubilación. Para muchos es la meta deseada día a día, después de una vida de sacrificios y dedicación; para otros es un momento complicado que marca la entrada en la llamada TERCERA EDAD.
Dependiendo, por tanto, de la persona en cuestión, la jubilación puede ser un premio o una condena y en función de cómo se enfoque, puede resultar una etapa llena de alegría y entretenimiento, o puede representar el declive de una vida entregada al trabajo.
En la mayoría de los casos, cuando un hombre o una mujer se jubilan, significa que han estado mas de 40 años trabajando. Durante todos estos años la persona ha dedicado la mayor parte de su tiempo a su actividad profesional, relegando a un segundo plano sus aficiones, a sus amigos y, en ocasiones, a su familia.
Muchos profesionales pasan su vida laboral esperando como agua de mayo el momento de la jubilación,
pero cuando finalmente llega, se ven desbordados por la incertidumbre y se plantean cuestiones como:
¿Tendré dinero suficiente para mantener el mismo ritmo de vida?,¿ Me aburriré?,¿ Ya no sirvo para nada?,¿Me estoy haciendo viejo?
Cada persona tiene una percepción diferente de lo que representa la jubilación y la forma en la que se afronte es determinante. Es preciso concebir la jubilación como el inicio de una etapa en la que realmente se puede tener una calidad de vida muy elevada.
Después de muchos años de sacrificio, las obligaciones son pocas y, con mas tiempo disponible, se puede disfrutar de la familia, de los amigos de las aficiones etc. Para aquellos que no han tenido mucho tiempo para realizar otras actividades, la jubilación es el momento ideal para practicar algún deporte, organizar viajes, hacer visitas turísticas y culturales, etc. También se puede aprovechar para estudiar e, incluso si aún se tienen ganas e ilusión, queda la posibilidad de colaborar en trabajos no remunerados en hospitales, voluntariado, aportar experiencia a los demás..
Cada etapa de la vida es diferente e independiente de las otras, tiene sentido en sí misma, pero debe servir de preparación para la siguiente, ya que en definitiva, se trata de un mismo ser humano que sigue un camino de desarrollo. Desarrollo que se prolonga hasta el final de la vida, debiendo aceptar este final con la alegría del deber cumplido.

Si uno, en la fase fecunda de la vejez, rehúsa asumir la propia muerte como una posibilidad de su vida que debe ser realizada con pleno sentido, y solo se ocupa de sorber ansiosamente los últimos goces que le es dado disfrutar, no podrá hacer nada sensato y digno de la edad senil. Se verá abocado a una vida final mezquina y estéril.
Nosotros debemos vivir nuestra condición de personas mayores con la debida elevación de espíritu, sin crispación sobre nosotros mismos, si desde jóvenes hemos cultivado el autodominio, el orden y la atención a los demás. Este tipo de personas mayores es una bendición conocerles, pues nos revelan a todos una gran verdad: que “también la vejez es vida” que “es cierto que implica el acercamiento a la muerte, pero también lo es, que la muerte misma sigue siendo Vida”.
Por lo tanto el ocio es una virtud y un bien conseguido a lo largo de nuestra vida laboral.
Lo contrario de ocio es la OCIOSIDAD. Es el ocio en sentido peyorativo como equivalente a la pereza, en oposición al deber de trabajar y constituye un vicio, mas aún, uno de los vicios capitales.
Repito que el ocio en su autentico sentido, su valoración ética ha de ser positiva. Ayuda no solamente a reparar fuerzas gastadas con el trabajo, sino que contribuye a forjar una personalidad completa y como tal, debe ser dirigido y educado para evitar los riesgos indicados.
La jubilación puede ser considerada como una forma de descanso y de ello, pues al llegar a ese estado, supone dejar todas las ocupaciones que teníamos.
Con la jubilación se nos abren nuevos caminos y horizontes por ejemplo, estar con la familia. Amar a la familia. El Señor ha dicho “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”… y el prójimo ¿Quién es?: El prójimo es primero el más próximo, el que está a nuestro lado, nuestras esposas, nuestra familia.
Durante nuestra vida activa profesional, nuestras esposas han sido unas esclavas de la casa y de los niños. Nosotros difícilmente podíamos ayudarlas en las tareas domésticas. ¡No teníamos tiempo!, sin embargo, ahora tenemos todo el tiempo y es justo que se lo dediquemos a ellas, acompañarlas, ir de paseo con ellas, tener paciencia cuando se paren en todos los escaparates, con buen humor y con una sonrisa en los labios.
Como he dicho las tareas domésticas, tan penosas, siempre ha sido asunto de las mujeres, ya es hora que también los hombres y sobre todo los jubilados participemos en ella. A ninguno se nos tiene que caer los anillos por ir a hacer la compra diaria, de entrar en “la real orden de corredores de bolsas de la compra” a la que pertenecen muchísimas personalidades del mundo de la cultura, de las finanzas y fuerzas armadas.
Nuestro hijos necesitan de nosotros, aunque sea de forma diferente a cuando eran pequeños, y nosotros jubilados tenemos que prestarles la ayuda que necesiten, en su trabajo, en sus finanzas, en cuidar a nuestros nietos, en quedarnos en casa para que ellos salgan y se diviertan. Podremos hacer muchas cosas por los nuestros y por los demás.
Cuando lleguemos a la presencia de Dios, se nos va a pedir cuenta de nuestro amor a los demás, de nuestra entrega, del tiempo perdido y por lo tanto de las omisiones en las cosas buenas. Ninguno de nosotros disponemos de todo el tiempo del mundo y por lo tanto el que nos quede debemos aprovecharlo en beneficio de los demás.
Vivir en la sociedad para un hombre o mujer madura no es solo la materialidad de vivir junto a otros; es también relacionarse con otros, darse a los demás y contribuir al bien de todos.
Jubilado=Alegría=Vida sana. Para conseguir estas metas, es necesario tener SALUD, incluso mejorándola por todos los medios a nuestro alcance.
Antes de realizar cualquier tipo de distracción, es muy importante saber que el cuidar nuestro cuerpo es fundamental siempre, pero más aún en esta etapa de la vida. Por lo tanto, y como todos sabemos, vida sana en todos los aspectos: Alimentación sana y equilibrada, adaptada a nuestra edad y circunstancias personales. Eliminación de vicios como el fumar, beber moderadamente y sobre todo hacer EJERCICIOS.
Si nuestra salud lo permite, lo mejor y mas cómodo es caminar diariamente por lo menos una hora. La marcha debe ser ligerita, aunque sin llegar al cansancio. Este es un ejercicio fácil y al alcance de cualquiera, con él conseguiremos mayor elasticidad en nuestras piernas, mayor ligereza de nuestras articulaciones y mejorar la circulación.
Quien se encuentre mas ágil y entrenados o capaz de hacerlo pueden optar por la natación, tenis o incluso acudir a un gimnasio.
Todos os dais cuenta y sabéis lo importante que son los ejercicios físicos. Sin embargo no debemos olvidar tampoco los ejercicios intelectuales, para que nuestras neuronas se mantengan en plena actividad.
Tener la mente siempre en actividad es la mejor medicina para conseguir un alto grado de bienestar en nuestra jubilación.
Bueno pues después de lo dicho nos hacemos la pregunta: ¿Que puedo aportar YO, como jubilado a la vida social?
Todos los jubilados, independientemente de la profesión que hayan ejercido, poseemos una experiencia de la vida que podemos y debemos transmitir y comunicar a los demás. No son las “batallitas” del abuelo, sino la sabiduría de una vida profesional y humana desarrollada a lo largo de toda una vida de trabajo y dedicación; por tanto, los jubilados tenemos que jugar un papel muy importante en la sociedad.
Ninguna Sociedad que se precie puede ignorar a los mayores, nosotros hemos sido útiles a lo largo de todos los años de nuestra vida laboral activa y los seguimos siendo en nuestra etapa final, de oro, de nuestra jubilación.
De acuerdo: Soy necesario, pero ¿Qué puedo hacer?
Además de lo expuesto anteriormente sobre las tareas dignísimas de ayuda en el hogar, todos podemos realizar una ayuda social, a los demás, que puede concretar cada uno según sus disponibilidades, apetencias o preferencia. Por ejemplo, mí querido amigo Luís hablará del “Banco de alimentos”, que sería por tanto, una forma concreta de ayuda social de inmensas posibilidades caritativas, pero hay otras muchas que entrarían de lleno en el concepto general de:

VOLUNTARIADO:

Hay una definición sencilla: “Voluntario es la persona que, por elección propia, dedica una parte de su tiempo a la acción solidaria, altruista sin recibir remuneración por ello”
La acción voluntaria, es el resultado de una libre elección, es una opción ética, personal, gratuita, que no espera retribución o recompensa.
Altruismo quiere decir amor al otro, es lo contrario de egoísmo. El voluntariado, la acción voluntaria sólo existe cuando repercute en los otros, cuando su interés es colectivo, general, público. El voluntariado es un medio para dar respuesta a necesidades, problemas e intereses sociales, y un fin en si mismo para satisfacer a las personas voluntarias, la acción voluntaria, supone, por tanto, un compromiso solidario para mejorar la vida colectiva.
El voluntariado no es sólo un valor ético, una actitud, sino una práctica concreta, es ACCIÖN.
Si se queda tan solo en un vago espíritu de buena persona, de buen ciudadano o ciudadana, acaba siendo algo vacío y sin sentido, aunque también es cierto que no es posible la pura acción sin “alma” sin valores, sin en definitiva CARIDAD.
El voluntariado, por ser algo muy importante, no se puede tratar como una práctica personal, individual, testimonial, intima, porque el objetivo del voluntariado es mejorar la realidad, transformar el mundo y hacerlo eficazmente. Por lo tanto, frente a la improvisación y la espontaneidad, el voluntariado requiere actuar organizadamente, uniendo fuerzas.
¿Qué hacen los voluntarios?:
Las personas voluntarias realizan, en las asociaciones y fundaciones, todo tipo de tareas, como por ejemplo:
Investigación. Recogiendo datos y testimonios sobre una determinada situación, un territorio, una comunidad o un sector social, en torno a problemas o necesidades concretas.
Información sensibilización, difundiendo, dando a conocer situaciones, necesidades, problemas, despertando y movilizando las conciencias de otras personas.
Orientación y asesoramiento, escuchando, atendiendo consultas, prestando apoyo y facilitando información a personas o colectivos en situaciones de necesidad.
Formación, educación en valores, capacitando en habilidades sociales, hábitos de salud, habilidades profesionales, etc., a personas y colectivos sociales.
Reivindicación y denuncia, reclamando derechos, señalando irregularidades o injusticias.
Captación de fondos y recursos, recogiendo y canalizando dinero, medios materiales, recursos técnicos, necesarios para el desarrollo de proyectos solidarios o la atención a situaciones de emergencia.
Apoyo y asistencia directa a personas en situación de necesidad, atendiendo a enfermos de sida, toxicómanos, ancianos solos, mujeres maltratadas, transeúntes, sin techo.
Planificación y gestión de proyectos de acción, analizando necesidades, formulando objetivos y estrategias de acción, buscando y organizando todo tipo de recursos, evaluando resultados.
Dirección, gestión y mantenimiento de organizaciones de acción voluntaria, ocupándose de fortalecer la participación, mejorarla eficacia en el funcionamiento organizativo y en la acción para alcanzar los objetivos, desarrollando las relaciones con otras organizaciones o instituciones.
Como veis el programa de acción es extenso y amplio, hay trabajo para todo el quiera y tenga tiempo, claro está. Por ello, nosotros los jubilados, que tenemos todo el tiempo libre, somos las personas indicadas para realizar esas labores sociales en beneficio del prójimo, eso si que es una aportación nuestra a la vida social.
Todavía si queréis puedo matizar los campos de acción de los voluntarios, lo haré esquemáticamente para no alargarme:

Social, muchas personas voluntarias trabajan en el apoyo a personas y colectivos socialmente excluidos, en la acogida e interpretación de inmigrantes, en la lucha contra la pobreza, etc,.
Cultural. Llevan trabajos de recuperación o conservación de la identidad cultural, en la promoción de la creatividad, en la difusión de los bienes culturales.
Educativo. Otras trabajan en la alfabetización y educación de las personas adultas, en la defensa de la educación para todos.
Medioambiente. Hay quien trabaja en la protección o recuperación de especies o espacios naturales, en la denuncia de situaciones de degradación medioambiental.
Salud.. Muchos trabajamos en la promoción de salud, en el desarrollo de hábitos de vida saludable, en la respuesta a situaciones de necesidad sanitaria, a la denuncia ante la opinión pública mediante escritos a la prensa, de situaciones que van contra la vida: aborto, eutanasia, clonación. Dar a conocer por todos los medios posibles los fundamentos de la bioética. Recordar a mis compañeros médicos el Juramento Hipocrático que un día hicieron.
Participación Ciudadana y Civismo. Son muchas las personas que trabajan en la participación ciudadana, en el fortalecimiento del tejido asociativo, en la creación y animación de redes sociales, etc.
Derechos humanos. Muchos voluntarios trabajan en la denuncias de injusticias, contra la pena de muerte, los valores democráticos.
Emergencias y Socorro: Hay quien lo hace trabajando y dando respuesta a situaciones de emergencia causadas por desastres naturales, guerras, hambruna, etc.
Tiempo libre. Muchas personas voluntarias trabajan, fundamentalmente con niños y adolescentes, en la educación en el tiempo libre, en la promoción de valores, conocimientos y actitudes, en actividades relacionales y recreativas que tienen por ámbito el tiempo libre..
Como veis, el campo es amplísimo, hay trabajo y tarea para todos los que quieran, cada uno, según sus posibilidades y aptitudes puede escoger la forma de ayudar a los demás que más le guste.

No hay comentarios: